Desde tiempos ancestrales y en todas las civilizaciones, la dualidad vida-muerte ha estado relacionada con el inconsciente colectivo, con el pensamiento filosófico, y con un sinnúmero de ritos de distinta índole. De esta forma, la íntima relación entre la vida y la muerte ha pasado tanto a la tradición popular como a la expresión artística. Actualmente, la imagen de la muerte ha cambiado notablemente. La muerte está siendo objeto de represión, de maquillaje, de enmascaramiento, de silencio, de sublimación, de glorificación, pero, en cualquier caso, está ahí, omnipresente y humana.
ALGO SOBRE LA MUERTE DEL MAYOR SABINES
(fragmento)
Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.
Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.
Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.